
Sepang es el escenario de las mejores carreras de Alonso. Kuala Lumpur Interlagos, en Brasil, es el escenario en el que ha conseguido sus dos títulos, pero si hay algún circuito del Mundial en el que Fernando Alonso está tradicionalmente vinculado a la necesidad y al éxito, ese es el de Sepang (Malasia). En 2008 puede volver a escribir otro capítulo, pues su coche, el R28, parece famélico. Siempre ha terminado en los puntos, salvo con Minardi, y siempre ha encontrado algo que el resto de pilotos no pueden.Hace cinco años, en este trazado, el asturiano dejó de ser un joven con buenas hechuras para convertirse en un piloto temido hasta por el propio Michael Schumacher. Aquí le arrebató una pole, sin que ello lo impidiera una fiebre de 38 grados. Alonso entró aquel sábado en la sala de prensa levantando el dedo a lo número 1, mientras el alemán miraba de reojo con media sonrisa forzada.Al día siguiente, en la carrera, logró el primer podio de su vida que apenas pudo celebrar, enfermo y agotado de cansancio. Su imagen, sin apenas fuerzas para salir del coche y empapado, nos vuelve a recordar el momento.
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